La danza como espacio de problematización propiamente filosófica: a propósito de El Cuerpo y La Sal
El cuerpo y la sal es una propuesta de danza performativa que surge de la necesidad de explorar la capacidad del ejecutante de percibirse a sí mismo en su interrelacion con lo Otro, en el espacio-tiempo que los contienen, y como esta percepción modifica su estado y su movimiento. Una exploración que se ubica en el centro mismo de la problemática del Ser; una búsqueda de orden filosófico cuyo desafío es que emerja desde y en la danza.
Esta exploración-desafío subyace en las siguientes afirmaciones:
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El ser contiene su imposibilidad y su “posibilidad” como decisión de seguir su experiencia de vida de una determinada manera.
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La decisión de seguir, frente a los infinitos sucesos que lo rodean, dependen de la capacidad de: percibirlos (ser afectado), re-accionar y accionar (afectar).
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La capacidad del ser no está dada. La capacidad es la posibilidad de la imposibilidad.
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Cada decisión afecta los infinitos sucesos, los cuales son infinitamente interdependientes e interrelacionados.
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El potencial de la experiencia de vida es complejo y sobreabundante, desborda.
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El punto y el infinito son inseparables.
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Lo visible y lo invisible son inseparables.
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La pregunta (la problemática) planteada inicialmente mediante un texto visible racional es insuficiente en sí misma.
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La pregunta emerge a partir del acto de suspenderse, observar y establecer relaciones de los sucesos. La pregunta emerge a partir de las relaciones incompletas detectadas.
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Sólo es posible detectar lo incompleto si se sabe que existe lo completo.
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De lo incompleto explicito - invisible visible- emerge la pregunta.
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Desde la danza como acto visible de lo invisible emerge la pregunta.
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Para que emerja la pregunta la danza debe tener una fuerza activa –indiscernible, enigmática, impactante, sorpresiva- que convoque la mirada, la duda frente a un devenir cualquiera y su potencia; El acontecimiento.
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El acontecimiento, una realidad en donde todo se encuentra acoplado. A propósito del acoplamiento y los límites de la existencia, Francisco J. Varela en su libro De Cuerpo Presente escribe: “La realidad no es algo que se encuentra de forma pre-dada… sino que genera la realidad acoplándose a su medio ambiente… No existe observador y observación sino que ambos se encuentran acoplados (…)”
El cuerpo y la sal tiene tres elementos que potencian su posibilidad de hacer filosofía: 1) es un arte vivo, una performance, realizada desde la danza; 2) la danza puede contener: la imposibilidad / lo incompleto (el cuerpo, la bailarina) y su posibilidad / lo que permite vislumbrar lo completo como infinitos posibles (la materia – por ejemplo La sal-); y 3) la performance pretende generar un acontecimiento desde el acoplamiento de una bailarina, la sal, el público y el lugar/tiempo escénico.
De todo lo anterior extraemos la siguiente afirmación: El cuerpo y la sal contiene todo el potencial de hacer filosofía y la única forma de saberlo es vivenciarlo.